Por Jeison López.

Por estas fechas se aglutinan una cifra considerable de bípedos (personas) en los centros comerciales, una evidencia del posicionamiento de la era del antropoceno. Más allá de ser un término geofísico que posicionó el premio nobel de química Paul Crutzen, es el reflejo del impacto del hombre sobre la tierra. Sin embargo, en el mes de noviembre aparece otro tipo de influencia: el dominio de los centros comerciales y las tiendas virtuales hacia el hombre. Millones de tiendas alrededor del mundo ofrecen descuentos en productos para atraer clientes y el e-commerce colapsa, en consecuencia del “viernes negro”.

Si este concepto de mercadotecnia se dejara en Colombia, su población, la mayoría supersticiosa, lo asociaría con una práctica de las ciencias ocultas y la magia negra; mejor denominarlo “viernes criollo” o Black Friday. Aunque el último tendría más aceptación, es inevitable no pensar en una de las frases que pronunció en su discurso uno de los tantos “innombrables” en la Universidad de Caldas en el año 1996: “En Colombia no hay colombianos: los ricos se creen ingleses, la clase media se cree gringa y los pobres se creen mexicanos”. Los habitantes del sagrado corazón inhalan cierto aire de superioridad cuando participan en celebraciones o adoptan costumbres de la tierra del “Tío Sam”.

Leer más: Jimena y el síndrome de Kleefstra

A pesar de que el Black Friday en Colombia se popularizó en los últimos años con la construcción de los centros comerciales y el establecimiento del internet, el “viernes negro” nació en Estados Unidos. Existen tres versiones de su origen. Durante mucho tiempo se creyó que fue producto de la disminución del precio en la compra y venta de esclavos, los traficantes bajaban el valor el día de acción de gracias, puesto que se aproximaba el invierno. Otra versión sugiere que, el viernes 24 de septiembre de 1869, dos agentes de bolsa de Wall Street se unieron con un político de renombre en New York para quedarse con el oro. No obstante, el valor del metal se desplomó y muchos comerciantes se arruinaron. De ahí, el “viernes negro”.

Respecto a la última versión, a mediados de la década de 1950, posterior al día de acción de gracias se tenía previsto un partido de fútbol americano entre la Marina y el Ejército en la ciudad de Filadelfia, pero el viernes las personas se lanzaron a las calles a realizar las compras de navidad. ¿Qué ocurrió? La ciudad colapsó, ningún agente pudo descansar al siguiente día y lo que parecía ser una jornada tranquila se convirtió en una pesadilla. Los policías de la ciudad lo bautizaron con el “viernes negro”. Los comerciantes del lugar identificaron la asistencia masiva de sus habitantes a las tiendas y optaron por realizar descuentos año tras año con la finalidad de disparar las ventas.

Para terminar, Colombia no ha sido ajeno a la práctica de involucrarse en el Black Friday, pero ¿los clientes y dueños de locales conocen su origen?, o ¿solo es un acto mecánico de supervivencia económica en la recta final del año, en la que concurre el exceso de gastos a raíz de la temporada decembrina? Lo cierto es que, en pleno 2025, el país participa en una estrategia de mercado que no tiene muy claro su origen, pero los periódicos de Estados Unidos desde el año 1966 les dedicaron líneas a los problemas de tráfico vehicular y peatonal que generaban los descuentos después del día de acción de gracias.